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Elementos y Principios del arte contemporáneo

Estos elementos y principios son otra herramienta que nos ayudará a abordar, analizar, decodificar y en ocasiones escribir sobre obras de arte contemporáneo. Los elementos y principios son más bien rizomáticos, es decir, no son un conjunto de entidades separadas, sino que se superponen y se entrecruzan, coexistiendo en una obra en toda su desordenada complejidad. 
Es bueno recordar que en el arte contemporáneo no hay normas a seguir. Un principio básico de toda teoría que puede caracterizarse como contemporánea es la sospecha de lo que se llaman discursos totalizadores y grandes narrativas: la creencia de que existe una única forma correcta de organizar y comprender las cosas. Lamentablemente, gran parte de la educación artística contemporánea se ha aferrado a este tipo de teorías estrictamente prescriptivas: los elementos y principios, la secuencia de pasos que siempre se deben seguir para abordar una obra de arte. El pensamiento artístico contemporáneo abarca lo heterogéneo, lo local y lo específico. Afirma la capacidad de elección de los individuos para elegir aquellas cosas que les servirán mejor como puntos de partida para lo que estén buscando comprender. Estas opciones serán diferentes en cada lugar, dependiendo de la historia y los problemas actuales de cada comunidad educativa. 
Te invitamos a conocer estos nuevos elementos y principios, y a modificarlos y adaptarlos según creas conveniente.

Elementos que se agregan a los elementos convencionales:

Texto

Las/los artistas contemporáneos utilizan texto en sus obras para superar la idea de que el texto solo debe leerse. El significado adicional del texto agrega otro nivel de profundidad que no puede ser creado solo por la forma y el color.

Tiempo

El tiempo se incorpora a una obra de arte cuando el significado del trabajo depende del paso del tiempo. Muchos artistas contemporáneos manipulan, cuestionan o re-significan la forma como se experimenta el tiempo. 
El tiempo como material se relaciona con la duración física, emocional o psicológica de un evento o experiencia en el arte.
Los términos utilizados para describir el uso del tiempo pueden incluir: cronológico, implícito, transitorio, actual, establecido, largo, corto, periódico, constante, abstracto, cíclico, errático, entre muchos otros.

Sonido

El sonido es un material audible en el arte que se puede hacer de forma electrónica o no, y se puede grabar y reproducir. El sonido se puede escuchar entre otros como ruido, palabras, música, o una fusión de estos. Puede ser el eje principal y conductor de la obra (por ejemplo en obras de “arte sonoro”) o un componente de instalaciones o trabajos multimedia o interactivos.
Los términos utilizados para describir el uso del sonido pueden incluir: fuerte, suave, áspero, discordante, confuso, melódico, vocalizado, real, digital, manipulado, sonoro, agudo, grave, entre otros.

Luz

La luz está estrechamente alineada con el tono en una obra y describe la claridad de los rayos de luz que iluminan un objeto o una instalación. La luz también puede no ser un componente de la obra, sino la obra en sí.
Los términos utilizados para describir el uso de la luz pueden incluir: brillante, resplandeciente, resaltada, reflejo, ambiental, atmosférica, centelleante, localizada, refractada, difusa, colorida, neutra, opaca, etc.

Principios que se agregan a los principios convencionales:

Resignificación / Recontextualización

Estos dos conceptos, en general, se suelen usar como sinónimos pero no lo son.
Resignificar, literalmente volver a significar, implica dar a algo un matiz de significado diferente al original.
Recontextualizar, implica trasladar algo de un contexto hacia otro, lo que produce una transformación de su significado.
En el campo del arte contemporáneo se utilizan a menudo; las/los artistas dan nuevos significados a obras de otros artistas, a objetos cotidianos, a los espacios que nos rodean, entre muchos otros. Por ejemplo, colocando intencionalmente una imagen familiar en relación con otras imágenes, símbolos o textos, con los que no suele estar asociada. En la historia del arte occidental esto comienza con los dadaístas, el famoso urinario (titulado La fuente) de Marcel Duchamp en 1917 fue uno de los pioneros en usar esta estrategia. Esto generó el término objeto encontrado” (en francés objet trouvé; en inglés, found art o ready-made) que describe el arte realizado mediante el uso de objetos que normalmente no se consideran artísticos, a menudo porque no cumplen una función artística en lo cotidiano. 
Otro ejemplo clave fue Hannah Hoch, una de las primeras collagistas y creadoras del fotomontaje, sus obras provocativas re-combinaban imágenes encontradas. 

Apropiación

Apropiación es un término que se utiliza para denominar procesos en los cuales artistas utilizan obras o elementos ajenos para elaborar su propia obra.
En un mundo repleto de imágenes y artefactos las/los artistas visuales adoptaron la apropiación como un enfoque para usar objetos e imágenes prefabricados, recombinando detalles extraídos aquí y allá, para formar pastiches visuales eclécticos, con mezclas extraídas de diversas fuentes. Además, muchos de los elementos no se apropian intactos, sino en fragmentos, que se mezclan y se superponen.

Por otro lado, la idea de apropiación existe porque el concepto de autoría -que acarreamos de la noción romántica del genio artístico individual y aislado- continúa vigente. 
Según algunos pensadores contemporáneos todo es una remezcla ya que todo el material considerado “original” está constituido de remezclas de materiales que han existido previamente. Aquí podríamos considerar la idea de “Cultura remix”, es decir una cultura que permite y fomenta remezclar, cambiar o integrar obras sobre las cuales haya derechos de autor. 
Pero entonces ¿si toda autoría está influenciada por otras partes de obras, qué tan necesarias serían las leyes de derechos de autor?

Yuxtaposición

El principio modernista “contraste” no es del todo adecuado para describir el arte generado al reunir elementos radicalmente dispares, una estrategia muy común en el arte contemporáneo, que viene siendo utilizada desde el fotomontaje dadaísta y objetos surrealistas (como por ejemplo la taza de té cubierta de piel de Meret Oppenheim en 1936). El término yuxtaposición también es útil para discutir la estrategia del “shock”, o de desconcierto, tan comúnmente utilizada en el arte contemporáneo y que atrae al espectador, aumentando su curiosidad. La yuxtaposición además es un reflejo de la vida contemporánea, en la que imágenes y objetos de diversas procedencias y sensibilidades se unen intencional o aleatoriamente.

Deconstrucción

La deconstrucción consiste en analizar, desmontando algo que se ha edificado, buscando desarticular el entramado de elementos que lo componen, para conocer cuáles son los estratos ocultos o secuestrados que lo constituyen.
Aunque la deconstrucción tiene un significado más específico en la teoría del filósofo francés Jacques Derrida, quien se dice que inventó el término deconstrucción, en el mundo del arte contemporáneo la resignificación, recontextualización y la deconstrucción a menudo funcionan en conjunto.

Fragmentación

La fragmentación, o división en partes, es otra de las estrategias muy utilizadas en el arte contemporáneo. Tiene que ver con la deconstrucción, y con el hecho de que en la contemporaneidad todas las verdades y realidades son relativas y contingentes, construidas por cada cultura, dependientes del contexto y sujetas a negociación y cambio; ninguna es inherente al orden natural de las cosas. Por tanto, las/los artistas a menudo utilizan este recurso para fragmentar la historia universal que nos han contado o ciertas “verdades” universales, y entenderlas por partes.
Por otro lado, la fragmentación también es comúnmente utilizada en el arte contemporáneo para reflejar las brechas sociales, políticas, culturales, económicas, etc. que existen en la actualidad.
Además de deconstruir y fragmentar cualquier orden o sistema coherente o familiar, algunos artistas también utilizan la estrategia de yuxtaponer o superponer, mostrar en capas, imágenes y referencias aparentemente desconectadas para crear narrativas ambiguas y no del todo resueltas.

Construcción en capas / Palimpsesto

A medida que las imágenes y la información se vuelven un exceso, ya no se tratan como valiosas y preciadas, sino que a menudo se apilan una encima de la otra. Las imágenes en capas, que evocan la complejidad de la mente inconsciente y al mismo tiempo de la era tecnologizada de internet, son una estrategia comúnmente utilizada en la época moderna, en el arte surrealista y los primeros enfoques experimentales de la fotografía. En obras de artistas contemporáneos esta estrategia evoca la complejidad estratificada de la vida actual.
Por otro lado, el crítico Craig Owens fue uno de los primeros en aplicar el término “palimpsesto” a las prácticas de estratificación utilizadas en el arte contemporáneo. Palimpsesto se refiere a la antigua práctica de raspar el texto de un pergamino, que luego se reutilizaba con el texto antiguo todavía vagamente discernible a través de la escritura más reciente. Aplicado al arte contemporáneo, Owens se refería a que los elementos estratificados de las construcciones en capas inevitablemente se leerán en relación unos con otros. 

Interacción de texto e imagen

Barbara Kruger fue una de las primeras en realizar este tipo de interacciones, en 1990 unió una fotografía de una mujer mirando a través de una lupa, lo que amplía enormemente nuestra vista de uno de sus ojos, con el texto "Es un mundo pequeño, pero no si hay que limpiarlo". El texto no describe la obra, ni la imagen ilustra el texto, pero la interacción entre los dos elementos genera asociaciones profundas (e irónicas) sobre género, los diferentes contextos sociales y el tema de la limpieza, lo pulcro o limpio. 
En el arte contemporáneo muchas veces no hay coincidencia literal de significantes verbales y visuales, sino que lo interesante es la exploración que realizan las/los artistas en torno a la disyunción entre texto e imagen como fuente de nuevos significados.

Idea de rizoma o construcción rizomática

El término rizoma fue utilizado conceptualmente por los filósofos franceses Gilles Deleuze y Fèlix Guattari para describir redes de conocimiento no jerárquicas que permiten múltiples puntos de entrada y salida. Tomaron prestado el término del rizoma botánico, una categoría que incluye el jengibre, entre otras muchas especies que consisten en tallos subterráneos que crecen de manera horizontal emitiendo raíces y brotes desde sus nudos. Deleuze y Guattari usaron el término para caracterizar la investigación y el pensamiento que está interconectado, no tiene principio ni fin, no tiene caminos establecidos, no tiene una organización jerárquica, resiste la organización rígida y las ideas dominantes y tiene la capacidad de vincular elementos heterogéneos. La teoría del rizoma ha ganado vigencia en el discurso contemporáneo porque muchos de los sistemas actuales de representación e interpretación del conocimiento son (o pretenden ser) fluidos, no jerárquicos, no lineales y descentrados. Por ejemplo, internet es un ejemplo de modelo rizomático. Cualquier fragmento de información existe dentro de una red enorme: cualquiera puede ingresar al flujo de información, en cualquier lugar y moverse entre múltiples vías mediante enlaces y algoritmos, creando una síntesis de elementos potencialmente diferentes; idealmente en internet cualquiera puede buscar, duplicar, manipular, agregar o transmitir información. 

Hibridación

Hoy la experiencia virtual y real se simbiotizan; los vínculos entre lo natural, lo biológico y artificial, tecnológico conjugan una nueva forma de habitar el mundo. La tecnología digital permite que las imágenes e información circulen rápidamente y también facilita la creación de mezclas eclécticas o el potencial de transformar imágenes a nuestro antojo. En los últimos años, varios artistas han aumentado drásticamente el número de contextos culturales que utilizan al producir obras, así como el ritmo al que lo hacen. Este fenómeno obviamente tiene que ver con la dinámica de la globalización, la tecnología digital, el internet y el capitalismo. El concepto de hibridación describe por un lado la combinación cultural evidente en las producciones de muchos artistas (temáticas, materiales, etc.), por otro la hibridación y quiebre de límites entre las formas o medios tradicionales de arte. 
Mariko Mori, artista japonesa que vive entre Tokio, Londres y Nueva York, se basa en el vestuario, el maquillaje, la cultura popular y las creencias budistas tradicionales (entre otros) para crear instalaciones y obras digitales cada vez más complejas. Su trabajo explora los límites entre la espiritualidad y la cibercultura, entre lo humano y la recreación de lo humano a través de la tecnología.

Lo efímero

Las obras efímeras duran determinado tiempo, son concebidas bajo un concepto de fugacidad en el tiempo, de no permanencia como objetos artísticos materiales y conservables.
El uso de materiales y formas efímeras en el arte contemporáneo se relaciona con el estado de transición, volatilidad, fragilidad e incertidumbre que parece ser característico de las culturas contemporáneas.
Hay muchas formas de obras efímeras, desde la escultura hasta la performance; por lo general lo que queda de estas obras es un registro fotográfico o audiovisual de lo acontecido. Sin embargo, muchas obras efímeras solo ocurren una vez, y no pueden encarnarse en ningún objeto duradero para ser exhibido.  

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